A medida que COVID-19 ha empujado a más equipos a trabajar de forma remota, muchos de nosotros estamos recurriendo a las videollamadas. Y si alguna vez has estado en una videollamada y te has preguntado por qué no se siente lo mismo que una conversación en persona, tenemos algo en común.
# 1: los milisegundos importan.
Como especie, estamos cableados para el intercambio rapido de informacion en persona. Los humanos han pasado cerca de 70,000 años aprendiendo a comunicarse cara a cara, pero la videoconferencia solo tiene unos 100 años. Cuando el sonido de la boca de alguien no llega a tus oídos hasta medio segundo después, lo notas . Esto se debe a que estamos arraigados para evitar hablar al mismo tiempo y minimizar el silencio entre turnos. Un retraso de cinco décimas de segundo (500 ms), ya sea por audio lento o por buscar el botón de silencio, es más del doble de lo que estamos acostumbrados en persona. Estos retrasos alteran la mecánica fundamental de toma de turnos de nuestras conversaciones.
En su próxima videoconferencia, acelere los frenos a su velocidad de voz para evitar interrupciones involuntarias. Si se trata de un grupo más pequeño, trate de permanecer silencioso para proporcionar pequeños comentarios verbales ("mmhmm", "está bien") para mostrar que está escuchando activamente.
# 2: Las conversaciones de pasillo virtual aumentan el rendimiento del grupo.
En las oficinas, las reuniones suelen comenzar con una pequeña charla improvisada e informal. Se comparten cositas personales que crean una buena relación y empatía. Hacer tiempo para conexiones personales en reuniones remotas no solo esta bien, sino que también ayuda a trabajar mejor juntos. La ciencia muestra que los equipos que periódicamente comparten información personal se desempeñan mejor que los equipos que no lo hacen. Y cuando los líderes modelan esto, puede aumentar aún más el rendimiento del equipo.
Dedique tiempo al comienzo de una reunión para ponerse al día y reserve tiempo para conectarse con colegas durante los descansos virtuales para tomar café o almorzar.
# 3: Las señales visuales hacen que las conversaciones sean más fluidas.
Si está cara a cara con alguien, puede notar que se inclinó hacia adelante e invitarlo a participar en la conversación. O bien, puede mirar de reojo a la audiencia mientras hace una presentación y hacer una pausa para abordar la confusión o el escepticismo de un colega. La investigación muestra que en las videollamadas donde las señales sociales son más difíciles de ver, tomamos un 25 por ciento menos turnos para hablar.
Pero las videollamadas tienen algo que el correo electrónico no tiene: contacto visual. Nos sentimos más cómodos hablando cuando los ojos de nuestros oyentes son visibles porque podemos leer sus emociones y actitudes. Esto es especialmente importante cuando necesitamos más certeza, como cuando nos encontramos con un nuevo miembro del equipo o escuchamos una idea compleja.
Resiste las pestañas del navegador que compiten por tu atención.
# 4: La distancia puede amplificar los problemas de confianza del equipo.
Cuando las cosas van mal, es más probable que los equipos remotos culpen a las personas en lugar de examinar la situación, lo que perjudica la cohesión y el rendimiento . Las diferentes formas de trabajar pueden ser frustrantes, pero son importantes. La antropóloga biológica Helen Fisher ha demostrado que podemos aprovechar la "fricción productiva" de diversos estilos de trabajo hoy en día, de forma similar a como lo hicieron los cazadores-recolectores hace 50,000 años para determinar si una planta recién descubierta era venenosa, medicinal o deliciosa.
Tenga una conversación abierta con sus compañeros de equipo remotos sobre sus estilos de trabajo preferidos y cómo podrían complementarse entre sí.
# 5: Pasar el turno de palabra hace que los equipos remotos sean más inteligentes.
Las conversaciones en las llamadas son menos dinámicas, y el turno se pasa con menos frecuencia. Eso es un gran problema para los equipos remotos porque compartir el tiempo de manera más equitativa es un factor significativo en lo que hace que un grupo sea más inteligente que otro. Los científicos sociales computacionales como Alex 'Sandy' Pentland y Anita Woolley han demostrado que los grupos de mayor rendimiento no están formados por personas con un coeficiente intelectual más alto, sino por personas que son más sensibles a las emociones y comparten el tiempo de manera más equitativa.
Identifique llamadas donde la dinámica de la conversación podría ser mejor. Fomente una conversación más equilibrada, ayude a que algunos escuchen su voz y recuerde a otros que pasen el turno.
Fuente: https://www.blog.google/inside-google/working-google/science-why-remote-meetings-dont-feel-same/
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